Caliente reunión del Ministro de Transporte de Cuba con empresarios privados cubanos
Por Roberto A Paneque Fonseca
Las reacciones sobre el Ministro de Transportes de Cuba que he recibido por parte de numerosos empresarios cubanos que normalmente tienen relaciones con Cuba, o que están interesados en tenerlas, han sido muy inesperadas para mí.
De repente comencé a recibir hoy mensajes comentándome que había sido una lástima que yo no participara en una reunión telemática con el ministro Eduardo Rodríguez Dávila.
Les respondía que yo no había recibido ninguna invitación porque si no hubiese participado con gusto.
Por curiosidad les fui preguntando uno a uno qué es lo que había pasado en esa reunión para que tanta gente me estuviera comentando.
Me fueron diciendo que el Ministro les permitió expresarse libremente y que pudieron exponer todas las trabas que reciben de numerosas instituciones y empresas del Gobierno Cubano en el desarrollo de sus operaciones comerciales.
El sufrimiento por ser empresarios cubanos
Uno me narró las vicisitudes de un empresario santiaguero que estaba relacionado con algo relativo el charteo de aviones hacia su provincia y de la cantidad en trabas y de impedimentos que le ponían.
Otro comentario que recibí estaba relacionado con la Aduana General de la República en cuanto a recursos técnicos referidos a escáneres para pasar los paquetes y bultos comerciales.
Me explicaron que esas limitaciones impedían el procesamiento normal de los paquetes porque sencillamente no cabían en el escáner de la Aduana y que muchas veces estos paquetes se rompían y que aquello daba pena. Al menos eso fue lo que entendí sobre este asunto en concreto.
Denuncias contra Aerovaradero y Transcargo
Otro me narró que delante de los directores de Aerovaradero y Transcargo un empresario cubano denunció los precios abusivos de las empresas cubanas para las cargas no comerciales, que cobran por cada contenedor $10.000 USD cuando en toda América Latina no pasa de los $4.000 USD.
Sobre este asunto de Aerovaradero y de Transcargo, a diario recibo decenas de quejas yo de muchísimos usuarios que envían paquetes a sus familiares en Cuba.
Me cuentan que se pierden, que se extravían, que les roban, que llegan con faltantes, que no les entregan todas las mercancías que deberían entregarles y en fin, los desastres que ambas empresas han protagonizado durante toda su existencia.
En lo particular sobre estas dos empresas, Aerovaradero y Transcargo, yo en los últimos meses me he enterado de retrasos en la entrega por los problemas del transporte y del combustible, aunque para ser justos, no he recibido quejas que me hayan llamado la atención sobre robos de paquetes, y es bueno decirlo.
Apartheid contra empresarios cubanos
Otro me contó en detalles sobre un cubano que vive en Estados Unidos que sentía sobre su piel el apartheid cubano contra los cubanos.
Me dicen que este cubano se quejó de ese maltrato por parte del gobierno cubano por la sola desgracia de haber nacido en Cuba.
Mi respuesta fue que el malestar que sentía ese cubano era extensivo a miles de cubanos cuyos casos yo personalmente conozco, porque todos los cubanos hemos sentido esa discriminación y ese desprecio siempre de parte de las más altas instancias del Gobierno Cubano.
Ahí entonces llegaron las recurrentes anécdotas y comentarios de cuando no podíamos entrar a los hoteles, de cuando no podíamos andar con extranjeros, de cuando no podíamos vender nuestras casas ni nuestros carros, de cuando no podíamos viajar libremente fuera de Cuba y situaciones y aberraciones similares por suerte ya pasaron a la historia.
La queja en concreto sobre este cubano de EEUU es que denunciaba que cuando entregaban las escrituras de sus empresas fundadas -en ese caso en Estados Unidos (pero da lo mismo que sea fundada en España o en el Polo Norte, porque lo he sufrido yo en mis carnes) inmediatamente se ordenaba que fuesen investigados por los órganos de la Seguridad del Estado como si fueran terroristas.
«Esto es una práctica indecente que se realiza hace años en Cuba», me decía otro (en lo cual yo también concuerdo), porque lleva años en ejecución cuando un cubano quiere hacer negocios con Cuba.
Me decían sobre este asunto de cuando legalizaban las escrituras ante el Consulado de Cuba y estos documentos llegaban a Cuba, que saltaban las alarmas y comenzaba esa investigación que algunos de estos cubanos consideran degradante porque se sentían tratados como terroristas y como delincuentes, vejados y ultrajados por el Estado Cubano.
Otro me dijo que sin embargo el Gobierno Cubano no actuaba igual cuando la escritura constitutiva de la empresa que tenía interés de trabajar con Cuba la constituían extranjeros al ciento por ciento.
Me dijo textualmente «ellos» refiriéndose a los funcionarios del Gobierno Cubano, «se abren de piernas ante los extranjeros y en vez de dar la bienvenida a un empresario cubano que quiere trabajar por su país, nos ultrajan».
No obstante quiero dejar claro que ninguna de estas críticas y quejas fue dirigida contra el ministro Eduardo Rodríguez Dávila, sino todo lo contrario.
Incluso he recibido este malestar y este resentimiento por parte de cubanos que no quieren saber nada de Cuba, ni de los comunistas cubanos ni de nada que tenga que ver con Cuba.
Cubanos como estos me han dicho siempre que jamás van volver a nuestro país, y que ni incluso que sus cenizas puedan descansar en Cuba.
Este es el nivel de decepción y de repulsión que muchos cubanos sienten por nuestro país y por nuestras autoridades.
Y lo triste es que en la mayoría de los casos se trata de personas que precisamente no son las del perfil «anti cubano», ni que hablan mal de Cuba ni de la Revolución Cubana: sencillamente se dedican a hacer negocios y no se las ha permitido entrar a hacerlos libremente como los hacen en cualquier país del mundo.
En síntesis, esto es lo que me ha llegado sobre esta reunión del ministro de Transporte de Cuba, Eduardo Rodríguez Dávila que por sorpresa para mí ha sido bien recibida por cubanos que hacen negocios con Cuba, por otros que quieren hacer negocios con Cuba y por otros que odian a Cuba y que no quieren saber de Cuba, ni que incluso permiten que se les hable algo bueno de Cuba.
Un raro consenso que recibe este ministro de Transportes, no muy habitual en Cuba.
Yo en lo personal le sigo desde que abrió su página en Facebook, comparto casi todo lo que publica y en algunos casos hasta comento sobre sus publicaciones.
Y como dicen miles de cubanos que le siguen, todos los ministros y todos los funcionarios cubanos deberían ser como el Ministro de Transportes, pero por desgracia no es así.
Biografía en EcuRed de Eduardo Rodríguez Dávila
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